Jalisco, tierra del tequila y el mariachi, también es cuna de una rica tradición en la elaboración de tamales. Más allá de los clásicos, este estado ofrece una variedad de sabores y colores que te van a encantar.
Una de las variedades más deliciosa es, sin duda, la de los tamales colados, los cuales regularmente se preparan con leche condensada, canela y pasas, aunque algunas variantes añaden nueces, cacahuates o incluso un toque de clavo de olor.
Así se preparan los deliciosos tamales colados de elote
Una de las versiones más apreciadas es la de tamales colados de elote. Se preparan con leche, nuez y un toque de canela. Su elaboración es bastante sencilla, ya que los ingredientes son fáciles de conseguir. Solo se necesitan tres elotes grandes y firmes, un litro de leche, una raja de canela, una taza de nuez picada, hojas de elote fresco y azúcar al gusto.
Primero, se muelen los granos de elote junto con la leche, y luego se cuela la mezcla en una olla. Después, se añaden la canela y el azúcar para ajustar el dulzor. La mezcla se cocina a fuego lento, removiendo constantemente hasta que espese. Cuando la masa haya adquirido mayor consistencia, se deja enfriar y se añade la nuez. A partir de ahí, ya se pueden armar los tamales.
Para cada tamal, se recomienda usar cuatro cucharadas de la mezcla sobre cada hoja de elote. Una vez formados, se colocan en posición vertical en un recipiente amplio y se refrigeran por unas cuatro horas hasta que cuajen. Pasado este tiempo, los tamales colados estarán listos para degustarse.
Otra variante que debes probar cuando viajes a Jalisco son los tamales de acelga que se preparan en el Pueblo Mágico de Tapalpa.
Estos tamales suelen prepararse con masa de tortilla, mantequilla o caldo de pollo o cerdo, cebolla, ajo picado, queso panela o adobera, y acelgas frescas que sirven para rellenar o envolver la masa. También se pueden usar hojas de plátano o maíz, y la sal se ajusta al gusto.
Algunas personas suelen acompañarlos con salsa de chile guajillo o, en algunas ocasiones, los fríen con crema y queso fresco.
Otras opciones más creativas incluyen los tamales arcoíris, que como su nombre sugiere, son una colorida mezcla (rojo, naranja, amarillo, verde, azul y morado) hecha con masa sabor vainilla. También están los tamales de camarón, una sabrosa combinación de camarones secos con chiles anchos, poblanos y serranos.
En definitiva, Jalisco ofrece un abanico de sabores que deleitarán a cualquier paladar. Desde la dulzura de los tamales colados hasta el picor de los tamales de camarón, cada bocado es una invitación a descubrir la riqueza gastronómica de este estado mexicano.
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