Fue en 2015 cuando Talpa de Allende fue reconocido como uno de los 132 Pueblos Mágicos que actualmente existen en México. Esta población de Jalisco es el sitio ideal para pasar unas vacaciones relajadas, gracias a que resguarda paisajes arrobadores, calles empedradas llenas de pinos, buganvilias, casonas antiguas de techos de teja y añejas construcciones religiosas de estilo románico y neoclásico. Pero más allá de sus atractivos, Talpa de Allende es hogar de algunas delicias gastronómicas que vale la pena probar.
Chilte
En Talpa de Allende al chilte se le conoce también como: chicle, chiclos, cucaracho, tepechicle, copal y chipete. A final de cuentas se trata de una golosina resistente y moldeable con la que se elaboran figuras como flores, canastas, jarrones, muebles, cinturones, monturas, huaraches, sombreros, imágenes de la virgen y hasta catedrales en miniatura.
El chilte se obtiene luego de un complejo proceso de elaboración, mismo que es parte del inventario del patrimonio cultural inmaterial del estado de Jalisco junto con la receta los rollos de guayaba. Su ingrediente principal es una pasta que se obtiene de la savia del árbol chicozapote, conocido como “palo de goma”, una variedad que llega a medir de 8 a 10 metros de altura. Es importante destacar que esta materia prima solo puede extraerse de noviembre a marzo por especialistas, ya que el árbol contiene un mecanismo de defensa que causa urticaria, por lo que debe hacerse con mucha destreza.
Rollos de guayaba o guayabate
Se trata de uno de los dulces tradicionales de Talpa de Allende, donde cada año se lleva a cabo la Feria de la Guayaba, la cual se realiza la tercera semana de noviembre. Esta delicia se crea, obviamente, a base de este fruto y tiene una consistencia suave similar al ate, el cual puede disfrutarse con relleno de cajeta, dulce de leche, sin relleno o con una ligera escarcha de azúcar.
El famoso café de Talpa de Allende
Café delicioso hay en muchos estados de México, pero el que se produce en la zona La Cuesta tiene un sabor particularmente delicioso, debido a ichos factores, uno de los cuales es que se siembra y cosecha a una altura de más mil metros sobre el nivel del mar, en una zona cercana a la costa y a distintos arroyos que permiten una constante humedad y contacto de microclimas variados.
Los agricultores de esta región plantan los árboles cafetaleros en escenarios naturales sobre barrancas inclinadas, junto a la vegetación común que purifica los cultivos y sombra obtenida de manera natural. Algunos de los proyectos más conocidos que debes probar son Café Don Balbino, Don Rogelio Café Especial y Café Real la Cuesta; o incluso probarlo en algunas de las cálidas cafeterías del centro de Talpa.
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